Los medicamentos modernos son casi un milagro para nuestra salud. La efectividad de los fármacos ha mejorado mucho y ya son esenciales para evitar dolores, mejorar nuestro bienestar y, en definitiva, mejorar nuestra calidad de vida, pero caer en errores al tomar medicamentos pueden llevar a una drástica pérdida en su efectividad. Algunos de estos fallos los tenemos tan interiorizados que muchas veces no somos conscientes de estar cometiéndolos.
En este post detallaremos algunos de los errores más frecuentes a la hora de tomar medicamentos y cómo hacerlo de forma correcta, con el objetivo de mejorar la eficacia de los tratamientos. Debes recordar que, en cualquier caso, conviene consultar a especialistas titulados en Medicina o Farmacia si nos surge cualquier duda al respecto.
Si deseas saber más sobre cómo se toman los fármacos correctamente, solo tienes que seguir leyendo.
Es muy habitual guardar los fármacos en estancias tales como la cocina o el baño, pues así los tenemos a mano para ingerirlos con agua en nuestro día a día. No obstante, como recuerdan algunos expertos, en estos lugares se pueden producir cambios bruscos de temperatura y humedad que pueden afectar al estado de los medicamentos. Cuando nos duchamos o cocinamos se producen estos cambios drásticos que afectan a las propiedades de nuestras pastillas o jarabes.
Es importante recordar que algunos medicamentos, como la insulina, han de guardarse refrigerados. Para el resto, basta con dejarlos en su envase original, lejos de fuentes de luz o calor, bien cerrados y en un armario o cajonera donde no puedan acceder los niños.
Además de estos consejos más generales es muy importante darnos cuenta de que hay muchos medicamentos que son fotosensibles, es decir, se estropean si les da la luz. Con estos hay que tener un cuidado especial y mantenerlos bien cerrados y en lugares oscuros.
Al igual que los alimentos, los medicamentos tienen una fecha de caducidad. Esta marca en el calendario el momento en el que el fabricante no puede garantizar las propiedades farmacológicas del mismo.
En nuestro país hay un verdadero problema con la caducidad de los fármacos. Años de tratamientos han convertido a nuestras casas en verdaderos almacenes de pastillas viejas, y solemos ser demasiado descuidados con las fechas de caducidad.
Este es, según los expertos, uno de los mayores errores que cometemos con los medicamentos: “los dejamos en un armario y los vamos consumiendo, sin prestar atención a si han caducado o no”. Aunque en algunos casos simplemente el principio activo se deteriora, en otros puede provocar serios problemas: algunas cremas despigmentantes que contienen hidroquinona se vuelven tóxicas.
Al margen de esta fecha tan relevante, es importante tener un cuidado especial con los medicamentos que se dejan abiertos, como los jarabes y los colirios. En estos, es necesario ver la fecha de estabilidad una vez abierto; dato que se nos indica en el prospecto.
Si nuestros medicamentos caducan, nunca hemos de tirarlos a la basura: se han de llevar al punto SIGRE de la farmacia, con el objetivo de deshacerse de ellos de manera respetuosa con el medio ambiente.
Algunas pastillas son tan grandes que siempre nos entra la tentación de partirlas o machacarlas para poder ingerirlas con mayor facilidad. No obstante, es importante tener en cuenta que no todas las pastillas se pueden romper, pues pueden perder propiedades farmacológicas.
La industria farmacéutica ha creado unas pastillas donde todo está pensado, incluida la película que los recubre. Esta puede regular con increíble eficacia la cantidad de medicamento que se va liberando a nuestro cuerpo, en qué punto del tracto digestivo, etc. Si eliminamos ese recubrimiento, la eficacia del tratamiento se puede ver comprometida.
A priori, debemos saber que las pastillas que incluyen una ranura en su centro están pensadas para ser divididas. No obstante, si nos entran dudas, podemos preguntar a nuestro farmacéutico.
Aunque estamos bastante acostumbrados a ingerir las pastillas con las comidas, esto no siempre es así. Si bien es cierto que muchos medicamentos comunes, como el ibuprofeno o el ácido acetilsalicílico (Aspirina) son muy fuertes; por lo que se recomienda tomarlos con alimentos siempre que se pueda.
No obstante, hay algunos fármacos que son indiferentes a las comidas, mientras que hay otros que es mejor tomar en ayunas, ya que la digestión afecta a su correcta absorción. Esto ocurre con algunas hormonas que tienen que ver con la tiroides o el medicamento para la sangre por excelencia, el Sintrom.
Siempre hemos de seguir las indicaciones de nuestro médica o médico de cabecera si se trata de un medicamento con receta a la hora de las pautas para tomar medicinas.
Aunque muchas veces creemos que las hierbas y plantas medicinales son completamente inocuas para nuestra salud, debemos tener mucho cuidado ya que hay muchos alimentos cuyos principios activos interfieren con los medicamentos.
Algunos ejemplos de estos alimentos son: el pomelo, el hipérico, la cola de caballo, la valeriana o la efedra. Aunque muchas de estas plantas tienen beneficios para la salud probados científicamente, hemos de comunicarlo a nuestro médico o farmacéutico para que nos asegure que no está interfiriendo con alguno de los medicamentos que estemos tomando y así evitar problemas mayores.
Como hemos podido comprobar, existen una serie de errores al tomar medicamentos muy comunes y que muchos solemos cometer. Es importante prestar atención a la fecha de caducidad, cerrar y guardar los fármacos correctamente, evitar partirlos y hacer caso a las indicaciones del personal especializado a la hora de consumirlos. Si seguimos estas pautas, podremos asegurar nuestra salud y bienestar en los tratamientos médicos que sigamos.
Cargando, por favor espera...