A finales de año, el frío y la oscuridad del invierno llegan al hemisferio norte y en ese momento surgen los mercados navideños, cuyas luces, música y adornos nos invitan a pasar un rato agradable con familia y amigos.
Aunque es una tradición de origen europeo, en la actualidad se pueden encontrar mercadillos navideños por todo el mundo. El olor de las castañas, el jengibre y el vino caliente son una constante de estos mercadillos, donde también podemos encontrar auténticas obras de artesanía y regalos para nuestros seres queridos por las fechas navideñas.
En este post, haremos un recorrido por los principales mercadillos navideños del mundo, centrándonos en los europeos, pues es donde más tradición hay. Si deseas sumergirte en el espíritu de la Navidad, sólo tienes que seguir leyendo el artículo.
¿Dónde surge la tradición de los mercados navideños?
Aunque los coloridos mercados navideños forman parte de las tradiciones que asociamos a estas fechas tan especiales, lo cierto es que su origen poco o nada tiene que ver con la navidad.
Las primeras evidencias históricas que hacen referencia a la celebración de mercados en Navidad se remontan a la época medieval. En la Viena del siglo XIII, se celebraba el Dezembermarkt, un mercado que se organizaba durante uno o dos días de diciembre en el que la población tenía la oportunidad de aprovisionarse para el crudo invierno.
No obstante, con el paso del tiempo, en estos mercados de subsistencia comenzaron a venderse otros productos tales como juguetes, castañas asadas, dulces, marionetas, etc. De tal manera que estas ferias fueron, poco a poco, convirtiéndose en mercados asociados a productos navideños.
El origen de los primeros se puede situar en Alemania, siendo el Striezelmarkt de Dresde el primer mercadillo navideño atestiguado en las fuentes escritas de 1384. Estos mercadillos fueron difundiéndose por el mundo hasta convertirse en el acontecimiento social que son hoy.
Berlín
En lo que a mercadillos navideños se trata, y como ocurre con la industria automovilística, Alemania es la reina sin parangón. La capital germánica acoge unos sesenta mercados de Navidad en otras tantas localizaciones.
De entre los más conocidos, destaca el que se instala frente al palacio barroco de Charlottenburg, en el corazón de Berlín. Con una localización única, podemos disfrutar del tradicional vino caliente mientras miramos las diversas piezas de artesanía que se pueden adquirir en el mismo.
Dresde (Alemania)
La ciudad alemana de Dresde es uno de los destinos preferidos de los amantes de lo navideño. Al llegar el invierno, toda la ciudad se engalana con decenas de mercadillos navideños, prácticamente uno por plaza. El Striezelmarkt es el más antiguo y conocido de todos, pues lleva mi más ni menos que desde 1434 alimentando el espíritu navideño en Dresde. Su seña de identidad es la pirámide escalonada Erzgebirge, con más de 14 metros de altura y su espectacular árbol de Navidad.
Cracovia (Polonia)
Cracovia es sin duda una de las ciudades más bonitas de Europa, especialmente durante la época navideña. En la Plaza del Mercado se localiza, apropiadamente, el mercadillo navideño de la ciudad, en el que se ofrecen productos tradicionales, juguetes, puestos de comida y, por supuesto, vino caliente con especias.
Además, su localización junto a la Lonja de los Paños, donde también hay un mercado de artesanía durante todo el año, permite disfrutar de las agradables temperaturas del interior.
Roma
La Ciudad eterna tiene durante las navidades un ambiente más especial si cabe. El principal mercado navideño de Roma se celebra en la majestuosa Piazza Navona, donde podremos disfrutar de la espléndida arquitectura de Bernini y sus fuentes ornamentales. En definitiva, un escenario único en una de las ciudades más bonitas y con más historia del mundo.
Estrasburgo (Francia)
Estrasburgo es conocida como la “la Capital de la Navidad”, lo cual, tras una visita a la ciudad, es fácilmente admisible. Siglos de tradición de mercados de navidad y una arquitectura alsaciana muy “navideña”, la convierten en el marco perfecto para los variados mercados que recorren la ciudad francesa. En la Place Kléber podemos disfrutar de uno de los árboles de navidad más grandes de Europa, donde podemos degustar los típicos “bredele”, los pasteles de Navidad de Francia.
Praga
La capital de la República Checa tiene un especial encanto durante las fechas navideñas. El frío y la nieve junto con la decoración de Navidad y los mercadillos ofrecen una estampa única para el viajero.
Los dos principales mercadillos navideños de Praga se encuentran en la Plaza de Wenceslao y en la Plaza de la Ciudad Vieja. En estos mercadillos se puede encontrar lo más típico que podemos encontrar en los demás: desde artesanía de calidad, pasando por dulces y, por supuesto, vino especiado caliente.
Entre las atracciones de estos mercados, destaca un Belén viviente lleno de ovejas, cabras y burros, a los cuales nos podemos acercar y acariciar. Incluso, podemos sumergirnos más en el espíritu navideño con un coro de villancicos que animan las tardes navideñas de Praga.
Brujas (Bélgica)
La ciudad belga de brujas combina una historia fascinante con una de las arquitecturas mejor conservadas del norte de Europa. Visitar esta ciudad en Navidad le da un toque especial, debido a la iluminación navideña y, por supuesto, los mercadillos navideños que pueblan sus plazas empedradas.
El principal mercadillo navideño de Brujas se halla en Grote Markt, la plaza principal, declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO. Es difícil encontrar un mercadillo navideño en un entorno mejor.
Como hemos podido ver, por toda Europa existe una gran variedad de tradicionales mercados navideños, que con su luz y animación iluminan la oscuridad del invierno y dan un toque especial a las fiestas de Navidad.
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